domingo, 15 de febrero de 2009
G. F. Handel: Tolomeo (HWV 25)
El 2008 Alan Curtis nos presentó uno de sus mejores registros de ópera hasta la fecha. El reto no era menor. Una vez más, el objetivo fue reunir un elenco vocal a la altura de la partitura que se estrenó un 30 de abril de 1728 en el King’s Theatre, Londres, cuando tres hitos del canto del s. XVIII encabezaron ese primer reparto y cuyas “partes” fueron hechas a medida: Francesco Bernardi, más conocido como Senesino, castrado contralto de enorme riqueza en su registro medio-grave; y qué decir de las virtuosas prime donne, la Cuzzoni y la Bordoni, quienes literalmente dividieron la audiencia operática londinese.
El reparto
A falta de contraltos de verdad, buenas son las mezzos. En esta oportunidad Tolomeo es interpretado por la mezzosoprano Ann Hallenberg, que con agilidad y prestancia nos regala una interpretación rotunda. Hallenberg no abusa de la voz de pecho y sólo lo utiliza como un efecto, de vez en cuando. De parejo registro medio-grave, no así en lo más agudo de su tesitura, la cantante sueca destaca por la completa entrega en arias como “Cielo ingiusto…” o “Son qual rocca…”, y sobre todo en la escena en la que bebe de la copa supuestamente llena de veneno: un accompagnato y aria impecables en lo vocal, pero con un excesivamente medido acompañamiento instrumental. Hallenberg cumple correctamente, pero un instrumento de color más oscuro, según quien escribe, es más adecuado para este rol, una voz del tipo de la Stutzmann o de la Mijanovic.
Seleuce, la sufrida esposa de Tolomeo, es interpretada por Karina Gauvin. Presenciamos quizá un exceso de carácter para el personaje, o mejor dicho, Gauvin siempre canta con demasiado carácter, carácter que resulta más apto para el tercer acto, desde el momento en que Seleuce enfrenta a la malvada Elisa. Los mejores momentos son su inicial “Mi voglio ad ogni fronda” y la difícil y enérgica “Aure, portate” donde destacan todas sus posibilidades canoras. Maravilloso su “Senza il suo bene”.
El complejo y rico personaje de la despiadada Elisa, hermana del rey Araspe, es impecable en estas casi dos horas y media de música en la bella voz de una sorprendente Anna Bonitatibus. Qué buena intérprete y cómo se roba los aplausos cuando lleva al clímax a su personaje en “Voglio amore o pur vendetta” y esa tremenda “Ti pentirai, crudel”, ambas correspondientes al acto tercero. Uno se queda corto de palabras para elogiarla.
El categórico barítono Pierto Spagnoli encarna a Araspe en una magnífica interpretación. Excelente su “Piangi pur, ma non sperare”.
Romina Basso, de forzada voz oscura, se adecua al pequeño rol de Alessandro, pero su cometido adolece de carácter. Pese a lo anterior, destaca lo muy musical de cada una de sus intervenciones, con esas peculiares y guturales erres. Lo mejor, su gran primera escena del tercer acto, esa formidable “Se l’interno pur vedono i Numi”.
El libreto
El poema de Nicola Francesco Haym, dividido en tres actos y adaptado del Tolomeo et Alessandro de Carlo Sigismondo Capece, se mueve dentro de lo tradicional y característico para la época: personajes con falsas identidades, en la eterna búsqueda del amor perdido; un pérfido rey de turno que desea a la mujer de otro; la clásica triangulación amorosa que da pie a terribles venganzas, para terminar con unos de esos curiosos y forzados finales felices en el que todos se olvidan de todo y terminan abrazándose, camino a casa. Todo muy esperado, en un libreto de término medio a mediocre, llevado musicalmente a la perfección por el genio de Handel.
Los músicos
La dirección musical de Curtis, muy pareja, sin sobresaltos, débil en el tratamiento de los recitativos, logra una límpida lectura de esta ópera, pero como siempre, no termina de cautivar. Mas debo reconocer que a punta de sólidas grabaciones (impecables tomas de sonido, llamativos elencos vocales y un afiatado conjunto instrumental), el desempeño de Curtis me agrada cada vez más cuando graba para la casa Archiv, aún teniendo en cuenta sus conocidos y caprichosos cortes en la partitura. No llega al nivel de un Jacobs o de un Minkowski, y en el desarrollo de la teatralidad es tímido en aplicar recursos contrastantes, sobre todo en los momentos más dramáticos, pero Curtis cumple y entrega un trabajo pulcro, que se disfruta.
Saludos,
Orfeo
Tolomeo, Re d'Egitto
Ann Hallenberg, Tolomeo
Karina Gauvin, Seleuce
Anna Bonitatibus, Elisa
Romina Basso, Alessandro
Pietro Spagnoli, Araspe
Il Complesso Barocco
Alan Curtis
Archiv, 2008
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