martes, 1 de junio de 2010

Membra Jesu Nostri o siete cantatas apasionadas


De acuerdo al Buxtehude Werke Verzeichnis y correspondiente a la entrada número setenta y cinco de dicho catálogo, Membra Jesu Nostri es un ciclo sacro de siete breves cantatas concebido en torno a un igual número de meditaciones sobre diversas partes del cuerpo de Cristo crucificado: los pies, las rodillas, las manos, el costado, el pecho, el corazón y el rostro. Escrito en 1680 y dedicado a Gustav Düben (1628-1690), director de la orquesta de la corte sueca y organista de la iglesia alemana en Estocolmo, Membra Jesu Nostri es la musicalización de un texto latino medieval tomado de la Rhytmica oratio o “Salve mundi, salutare”, atribuido a veces al monje cisterciense francés Bernard de Clairvaux (1090-1153), otras veces al poeta Arnulf von Löwen (c. 1200-1250), que pertenecía a la misma orden religiosa.

Única composición con estas características en el catálogo de obras de Buxtehude, y cuya música pudo haber servido para el oficio de Vísperas de Semana Santa tanto en Estocolmo como en Lübeck, Membra Jesu Nostri alberga una estructura constante a lo largo del ciclo y una instrumentación idéntica en seis de las siete cantatas, a saber: una sonata para dos violines, cello y continuo; un concertato vocal escrito para tres o cinco partes acompañadas por la misma instrumentación; tres arias intercaladas por breves ritornelos instrumentales delineados por los violines, y finalmente, otro concierto, similar al expuesto inicialmente.

Abre el ciclo Ad pedes en la tonalidad de Do menor. Sigue Ad genua, única cantata con tonalidad mayor, de Mi bemol, pero rápidamente el compositor busca relaciones armónicas que nos sitúen en una atmosfera más sombría. Luego Ad manus, en Sol menor, que exhibe disonancias que evocan las heridas producidas por los clavos en las manos de Cristo. Se suceden Ad latus, Re menor, y Ad pectus, La menor. En la sexta parte del ciclo, Ad cor, escrita en la tonalidad de Mi menor, es cuando los violines y el cello son sustituidos por un consort de cinco violas da gamba, instrumentación más idónea en relación a la emotividad y dolor del texto entonado en el concierto vocal, en este caso por dos sopranos y un bajo. Cierra la serie, Ad faciem, que nos remite a la tonalidad propuesta al inicio, Do menor, y con un obligado añadido, un elaborado y conclusivo Amén.


El registro

Membra Jesu Nostri (BuxWV 75) ha sido materia obligada para todos los grandes directores especializados en la interpretación del repertorio barroco con criterios historicistas. Pero es la lectura de Jos van Veldhoven (Den Bosch, 1952) la que destaca por sobre el resto. Prolijo en el tratamiento vocal e instrumental, Veldhoven se ajusta a la práctica interpretativa del siglo XVII y, prescindiendo del ripienio, con tan solo un coro de cinco solistas, quienes cubren los concertados y las arias individuales, logra una expresividad sobresaliente. Las cuerdas, frotadas y pulsadas, y el órgano otorgan un soporte espléndido en todo momento. Grabación referencial.




Dietrich Buxtehude (c.1637-1707)
Membra Jesu Nostri

The Netherlands Bach Society
Jos van Veldhoven

Channel Classics, 2006

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